No te engañes,
nadie ve nada en la austeridad de la noche
con la conciencia engarzada al culto
y la sangre derramada por la tierra
como si alguien pudiera tomarla de nuevo para alimentarse y revivivr
como tomando el futuro entre las manos
ofreciéndola al cielo mientras aun palpita
haciendo eco entre las piedras.